Hace cuatro meses acudí con mi esposa a uno de nuestros restaurantes preferidos en el distrito de San Isidro en Lima, una tratoria con una oferta de pastas excelente, con unos de los mejores sabores que hemos probado hasta el momento y con un ambiente por demás acogedor. Al momento de posicionarnos en la mesa, se acercó a nosotros un joven de aproximadamente 25 años, mostrándonos desde ese momento una expresión adusta en su rostro, muy poco cordial, trato totalmente frío, hecho que no entendíamos por qué eran apenas la 1:30pm y el restaurante no estaba ni a la mitad de su capacidad. Con mi esposa tratamos de no darle mayor importancia y procedimos a pedir nuestros platos de almuerzo. El joven en todo momento se demoró, no se mostró proactivo, nunca sonreía, no nos preguntó nada y ciertamente que por momentos literalmente desaparecía de la escena. Al terminar el almuerzo, solicité la cuenta y justo en el momento que el joven iba a pasar mi tarjeta por el POS de cobro, cambia la expresión en el rostro del mozo y nos hace la pregunta cliché «¿desea dejar una propina?», a lo cual evidentemente respondí que NO porque consideramos que el servicio no había tenido ni 1 gramo de calidad, a lo cual el joven respondió con su silencio y un nuevo gesto adusto. Justo antes de salir del lugar, quise acercarme a él para darle el siguiente consejo (gesto que no es siempre es bien recibido por las personas por cierto): «Quiero darte una recomendación y espero me lo tomes a bien…no vas a ganar nada atendiendo mal a las personas, mostrando un gesto de aburrimiento; no solo no te van a dar propina, sino que también no vas a mejorar en tu trabajo. Ignoro los problemas personales que puedas tener, sin embargo, la buena actitud te puede cambiar el trabajo y tu vida, soy médico y te lo puedo asegurar; no es necesario que me respondas nada, gracias». Acto seguido nos retiramos del restaurante.
No supimos más del joven hasta hace 4 días que acudimos a cenar a un conocido restaurante del centro comercial Larcomar y nos lo encontramos atendiendo como supervisor de salón justamente en ese restaurante. El joven nos reconoció al instante, nos ofreció una mesa de manera inmediata y fue super amable con nosotros, desde un inicio, una actitud diferente a la mostrada cuatro meses antes. Al momento de tomarnos él mismo el pedido, se acercó un poco más a mí y me dijo…«pensé mucho en lo que me dijo aquella vez y cambié mi actitud. Un día atendí de la mejor manera a uno de los dueños de este restaurante, quien me ofreció este puesto de trabajo y aquí estoy…
«En ese momento, aparte de darme muchísimo gusto la noticia, pensé en cómo cambiarían nuestras vidas en el trabajo, si mostráramos una mejor actitud, si sonreímos, si somos más empáticos y tratamos de comprender más; si manejamos más nuestro estrés, renegamos menos y solucionamos más, es decir, si en el trabajo procuramos tener más Oxitocina y menos Cortisol… qué diferente podría ser la vida laboral.
La grandiosa Oxitocina
La Oxitocina es secretada por el cerebro y es considerada como una de las 4 hormonas de la felicidad junto con la Serotonina, la Dopamina y las Endorfinas. Cada una de ellas se eleva en el cuerpo en situaciones diferentes, pero en el caso especial de la Oxitocina, esta hormona se manifiesta durante las siguientes situaciones:
- Durante el proceso del parto y la lactancia, es vital para que el parto pueda llevarse a cabo de manera normal, ya que es responsable de las contracciones del útero; además, su efecto ocasiona que la leche salga a través de las mamas de la madre para alimentar al bebé.
- Tiene un rol importantísimo en las relaciones sexuales. Se genera oxitocina al momento de las caricias, masajes y en el acto sexual propiamente dicho, produciendo una sensación de bienestar y placer.
- Cuando estamos cerca o compartimos miradas con alguien que queremos mucho. De hecho, la Oxitocina está íntimamente ligada al amor.
- Al momento de abrazar a otra persona, los niveles de Oxitocina aumentan en el cuerpo, al mismo tiempo que disminuyen los niveles de cortisol. La evidencia más relevante es el hecho de recibir un abrazo de la madre, que calma tanto a los niños como a los adultos.
- El organismo libera Oxitocina cuando mostramos empatía, buena actitud y generosidad. Ya la ciencia ha demostrado que la Oxitocina es conocida como el signo bioquímico de la Empatía.
La Oxitocina como actriz principal de los lazos humanos.
El Cortisol, nuestro héroe y villano
El Cortisol es una hormona vital para el ser humano debido a que tiene efectos en muchos órganos y sistemas del cuerpo humano. Es secretada por las glándulas suprarrenales (situadas encima de los riñones), las cuales a su vez son estimuladas por el cerebro. El cortisol tiene un funcionamiento cíclico dentro del organismo, tenemos nuestros mayores niveles durante el día (la luz del día estimula su secreción), disminuyendo sus niveles en la noche. Sin embargo, no todas sus acciones son buenas en su totalidad, porque cuando se mantiene elevado constantemente, puede convertirse en un villano y llevarnos al estrés. A continuación cito algunas de sus más importantes acciones:
- Eleva los niveles de glucosa del organismo, lo cual es bueno si pensamos en que necesitamos energía durante el día para funcionar de manera adecuada.
- Ante situaciones reales de amenaza o emergencia, se elevan tremendamente los niveles de cortisol para preparar el cuerpo para reaccionar adecuadamente, lo cual definitivamente es bueno para enfrentar esas situaciones.
- Su activación cíclica durante el día, nos sirve para despertarnos por la mañana y estar activos para nuestras labores.
- Esta hormona ayuda a que el oxígeno, la glucosa y los ácidos grasos cumplan sus respectivas funciones en nuestros músculos.
- Tiene acción sobre el sistema inmune, ya que cuando el cuerpo enferma por una infección, el organismo necesita gran cantidad de energía para defenderse, por eso cuando alguien está enfermo, está agotado.
A pesar de todas estas virtudes, cuando el cortisol se mantiene elevado en el organismo, este entra en un estrés permanente, por ello esta hormona es conocida como la hormona del estrés. Si vivimos constantemente preocupados, en alerta, el cortisol mantiene elevada la glucosa, no puedes dormir, consumes mucha energía, te sientes débil e incluso eres presa fácil de los gérmenes porque tu sistema inmune está inhibido. El cortisol se libera en el cuerpo tanto por situaciones de emergencia o alerta real, como por situaciones ficticias creadas en la mente. Incluso si esto perdura en el tiempo, ya la ciencia ha demostrado que aumenta el riesgo de ansiedad y depresión.
Uno de los «antídotos» del cortisol justamente puede ser la Oxitocina, es decir, tienen una relación inversamente proporcional. Cuando elevamos la Oxitocina en el cuerpo, el Cortisol automáticamente disminuye, por ende, sus efectos.
Estoy más que convencido que esto lo podemos aplicar perfectamente en el trabajo, generando más Oxitocina y disminuyendo los niveles de Cortisol en nuestro día a día, con nosotros mismos y con nuestros compañeros de trabajo, siendo más empáticos, más generosos, teniendo una mejor actitud y brindando abrazos sinceros cuando sea necesario. La historia del inicio es una clara muestra de cómo nuestras vidas laborales pueden cambiar si generamos más Oxitocina y le bajamos al Cortisol, más aún si pensamos que pasamos un tercio de la vida en el trabajo.
Bien lo dice la Dra. Marian Rojas Estapé en su libro «Encuentra a tu Persona Vitamina» (libro que fue mi principal inspiración para este artículo): «La confianza y la amabilidad abren oportunidades. Si empleas la Oxitocina en tu trabajo, los resultados serán más satisfactorios».